Muros...

“A mí alrededor se levantaron enormes muros, paredones. Todo se oscureció y empezaba ya a hacer frio, perdía las esperanzas con cada milesima que pasaba. Me ahogaba el aire, no lo podía seguir respirando, se apoderaba de mi garganta, me aplastaba contra la tierra. Estaba tan solo en aquella penumbra, pero yo había llegado solo también, debía resolver aquel problema por mi cuenta o moriría a manos de un invierno artificial y mentiroso. El miedo era inmenso y se dejaba escuchar a traves de las metálicas paredes, mi corazón gelido temblaba y mi mente no parecía ayudar. Cada vez que respiraba empezaba una nueva cuenta regresiva para morir un poco más, una tortuoza y desesperante vida se apagaba y no podía juntar el coraje para revivir. Esos muros eran un invento, debían serlo, y ¿qué si no lo eran, si eran reales? ¿Qué si al otro lado estaba realmente la bestia, esperando, riendo bajo, para que yo no la pudiera escuchar? ¿Cómo tomar semejante riesgo?
Tenía miedo, mucho, tanto pero tanto miedo de morir en sus manos. Las preguntas y suposiciones fluian por mi mente liquidas, inesperadas, era contundente mi lucidez. El modo en que me atacaría, las distintas armas que utilizaría, los ojos rojos y como de vidrio, me hacian respirar cada vez más rapido.

Los muros transpiraban barro y mierda, el olor era espantozo y yo ya no podía soportar más, vi que entre la basura debajo de mis pies habian agujas sagrantes y pense en clavarmelas y terminar con aquel sueño, algo me detuvo…

Los muros siguieron estando ahí, de hecho desde aquí dentro escribo en este instante. Todavía no eh resuelto como escapar de aquí, tampoco se si allí afuera yace la bestia o un grabador que reproduce una voz terrible o quizas es solo mi mente que imagina todo esto. El único problema son las agujas en el suelo, a veces me pincho y siento que quizas me estoy muriendo aquí dentro de todos modos. ¿Adónde se esta a salvo? Todavía las veo y las vuelvo a ver, agujas….”