domingo, diciembre 03, 2006

Desde el desvelo


La ansiedad se apropió de mí destino esta noche. Una vigilia impuesta, un sueño que se hunde y desaparece, lo perdí. Estoy en la oscuridad y el monitor ilumina el teclado, escucho "High hopes" con audifonos (musical silencio). Las condiciones están dadas para escribir un texto que me llene el alma impar. No es tristeza ni desesperación, solo debía levantarme del lecho de muerte y sentir las teclas un rato, hacia un tiempo no escribía y hoy puedo.

(Gracias Atinucha por tu ¿consejo? o lo que haya sido, me hiciste volver al ruedo y me hace bien)

Manos
El blanco ilumina los dedos y deja ver su detalle, casi grietas y poder oler sangre.
Aveces verlas todos los días me hace olvidar lo bello de sus rasgos.
Decrepitas, huesudas, torpes y poderosas.

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Cambió la canción y es una de esas que me erizan las vertebras, pero para bien, e-moción, movimiento.

"Allá voy por praderas color violeta, pasto violeta y puedo ver la curvatura del mundo, a lo lejos el cielo es negro pero ilumina igual. No camino, estoy quieto y de la nada, me congelo. Desgarrada mi espalda se agarrota, una flecha que no se de donde vino, ¿traición?
Vuelvo a respira, atacado, me desespera, la arranco por delante, astillas me quedan en la entraña. Ya solo hay una brisa y después nada."

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Ea!, la mano que escribe ha vuelto a sus andanzas.
Me alegro.
Pero también quisiera ayudar(si se puede); acá traje una cucharita para raspar el muro desde afuera. A lo mejor despacito, con paciencia logramos un agujerito para que que entre al menos un poco de luz por ahí.
Ojalá sirva.