jueves, abril 12, 2007

Ética y TV

“…El que mezcla la televisión con la ética es un imbécil. La ética va por otro lado, no por la tele…” declaró Jorge Rial al diario Perfil en enero último. Quisiera aportarle una cita de un profesor en clase de Narración Audiovisual en la Universidad Austral, comentó: “…los contenidos, hoy, quedan muchas veces supeditados al producto que hay que vender.”; en referencia a la producción de contenidos de TV.

Luego de escuchar esto se me aparecen al menos dos preguntas (o más):
1. ¿De qué hablamos cuando hablamos de ética?; y
2. ¿Sobre que creencias esta instalada nuestra sociedad que los productos condicionan a los contenidos?

Comenzaré diciendo que la ética es: el estudio de la condición humana en orden a su fin último. Es la ciencia que estudia qué acciones son positivas y cuáles negativas, en relación al fin último que perseguimos como individuos, sociedad, especie. Lógicamente, el fin que perseguimos, se sustenta en una creencia y en un progresivo acercamiento a la misma. Mientras estamos vivos elegimos a través de nuestro accionar y mediante el mismo nos acercamos o nos alejamos de ese fin o creencia. Básicamente se trata de acciones realizadas por una conveniencia (por más anti-Kantiana que suene esta ética). Todo cuanto hacemos en nuestra vida esta provisto de una ética.
Cuando el Sr. Jorge Rial dice que la TV y la ética van por dos caminos distintos deja ver a las claras la falta de idea que tienen los actuales “lideres” de opinión en Argentina. La TV es el MMC (medio masivo de comunicación) por antonomasia, su alcance lo vuelve un constructor de cultura (un reproductor de la sociedad) incomparable. Ahora bien, si con la TV se construye cultura eso genera una enorme responsabilidad en cuanto a los contenidos que se presentan. O sea, lo que dijo Rial es un atropello a la sociedad. ¿O no?

Quizás (y esta reflexión me lleva a responder a la segunda pregunta), para hombres como Rial, tan insertos en el negocio televisivo, sea conveniente desmentir, a capa y espada, el vínculo entre TV y ética. Si volvemos a la segunda cita, (en la que hablamos de la sublevación de los contenidos a los productos comercializados dentro de la TV), nos damos cuenta que de hecho si existe una vinculación entre ética y TV incluso para Rial. La diferencia, inmensa por cierto, radica en el sentido que le da a la palabra ética. Rial sin darse cuenta (o quizás si se da cuenta pero lo esconde) también es un hombre sumamente ético, sus actos lo acercan siempre a su fin último, la acumulación de poder tanto económico como discursivo. Entonces no se trata de un desligamiento entre ética y TV… ¿No será que Rial no quiere que la gente sepa que la ética de la TV responde a creencias monetarias y no humanas?
La TV responde a una ética de mercado, cree (casi exclusivamente) en el dinero, esa es su deidad. A partir de una creencia se generan valores a partir de los cuales surgen roles (deberes) y status (derechos) y finalmente premios y castigos, así se puede resumir esquemáticamente una sociedad.
Rial es un hombre muy devoto y cumple a rajatabla con los mandamientos televisivos. Les dejo una pregunta para seguir con el debate; ¿A quién le conviene esta ética que ve en el televidente a una presa para vender sus productos?
Franco

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