Me rodea el todo,
o es que estoy inmerso en él.
Las noches ausentes, las camino, las sueño.
Después me despierto, solo. Transpiro.
Eso es lo que nunca cambia, la soledad que, sigiloza,
todo lo completa con su velo.
Otra vez salí a recorrer el sueño nocturno pero ya no tengo esperanzas,
tengo casi todo y casi nada,
mañana me despertare otra vez solo en medio de la ciudad.
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